INTRODUCCIÓN
El presente
trabajo ha sido elaborado por alumnos de la carrera de psicología, de la
materia desarrollo de la personalidad, esto con la finalidad y propósito principal
de conocer el enfoque sobre la teoría de las relaciones impulsada por uno de
los grandes analíticos sociales como lo fue Erich Fromm, en este documento
podremos encontrar una breve bibliografía sobre el pionero de la teoría de las
relaciones aparecen datos sobre la vida de E. Fromm.
Así
mismo podemos encontrar los diferentes componentes que son esenciales para
poder explicar la teoría de las relaciones entre estas podemos destacar; Condiciones
y Necesidades Humanas Básicas, La libertad como una necesidad básica y La
Soledad, Mecanismos de Escape entre estos mecanismos se
mencionan; El Autoritarismo, que
manifiesta la lectura ser una persona que cree que su vida es importante con el
simple hecho de ser fuerte o tener fuerzas ajenas a su propio yo es la única
forma de ser feliz, La Destructividad,
donde “la destrucción es el intento ultimo casi desesperado para salvarse así
mismo”, además podemos encontrar lo relacionado a La Familia, El Inconsciente
Social y Tipos de Ética, Necesidades Básicas entre estas La Relación, Trascendencia,
El Arraigo, Sentido de Identidad, entre otras, Orientación del Carácter (tipos de orientación) y Relaciones de Amor, Relación Padre e Hijo, Conciencia y La Maldad.
ERICH
FROMM
Como
sucede con todos los teóricos de la personalidad, la visión de la naturaleza
humana de Erich Fromm está determinada por sus experiencias de la infancia. En
el caso de Fromm una familia Judía, el suicidio de una mujer joven y el
nacionalismo extremista del pueblo alemán influyeron notablemente en su
concepto de la humanidad.
Fromm
nació el 23 de marzo de 1900, en
Frankfurt, Alemania y fue el único hijo de un matrimonio y nieto de rabinos. Su
madre Rosa Krause Fromm era sobrina de Luewing Krause, un reconocido
especialista en enseñanza talmudista. De
niño Erich estudio el Antiguo Testamento con varios especialistas destacados,
hombres que se consideran “humanistas con una tolerancia extraordinaria”
La
psicología humanista de Fromm se puede encontrar en la lectura de estos
profetas, “con su versión de paz y la armonía universales, y sus
enseñanzas sobre los aspectos éticos de la historia y la actuación de las
naciones”
La
primera infancia de Fromm no fue perfecta. Recordaba que tenía unos padres muy
neuróticos y que “él era probablemente un niño neurótico, más bien
insoportable”. Su padre tenía mal carácter, y su madre tendencias depresivas.
Además creció en dos mundos muy distintos, por un lado, el mundo judío ortodoxo
tradicional y, por otro lado el mundo capitalista moderno, Esta tendencia
dividida generaba tensiones que le resultaban casi insoportables, pero enseño
al muchacho a considerar los hechos desde varios puntos de vista, tendencias
que mantendría durante su vida.
Durante
su adolescencia, tuvo dos sucesos que marcaron su vida, uno fue a la edad de 12
años con la historia que trataba de una muchacha que se suicidó por la muerte
de su padre y quería que la enterraran con él; y el otro, a la edad de 14 años,
donde escuchó, el desprecio de los alemanes por los ingleses, creando así a la
histeria de la guerra. Una de las grandes decepciones de Erich en su
adolescencia fue comprobar el comportamiento generalizado cuando se inició la
Primera Guerra Mundial. No sólo lo afectó la muerte que tocó a primos y
tíos, y la destrucción circundante, sino que también se sintió conmovido
al comprobar que gente imbuida de un espíritu pacifista pasó, en muy poco
tiempo, a embarcarse en el carro guerrero de los gobernantes. A partir de ese
momento sería uno de los objetivos de su vida, llegar de determinar cuáles son
los mecanismos que producen que las autoridades puedan convencer a millones de
la necesidad de ingresar en una guerra que difícilmente traiga algún
beneficio para la mayoría de la población.
De esta manera
al finalizar la guerra era un joven preocupado por conocer las razones que
hacían posible los enfrentamientos armados y por comprender esas conductas
irracionales de los seres humanos que desembocaban en conflictos catastróficos,
paralelamente se volvió muy desconfiado de las declaraciones oficiales y
comenzó a tener una actitud crítica sobre casi todo, a no dar nada por
sabido, estas condiciones lo fueron llevando paulatinamente a acercarse a las
ideas de Freud y Marx, al primero para encontrar respuestas a los fenómenos
individuales y al otro para los sociales.
En 1918, finaliza su Bachillerato y estudia dos
semestres de derecho en su ciudad natal. Un año más tarde, realiza los estudios
de sociología, psicología y filosofía en Heidelberg. En 1922, recibe su
doctorado y comienza su carrera como psicoterapeuta; ese mismo año recibe
orientación del Doctorado en Filosofía, por parte de Alfred Weber y realiza su
tesis titulada La ley judía. En 1924, es
psicoanalizado por Wilhelm en Munich y conoce a Frieda Reichmann, una
psicoanalista también, con la cual se casa dos años más tarde. En 1926, junto con Karl Landauer, hace el
intento de continuar el psicoanálisis en Frankfurt y renuncia a la práctica de
un judaísmo ortodoxo hasta llegar a un ateísmo místico.
Lo notable en Fromm, es que a pesar de haber abandonado la práctica de
la religión nunca dejó de rescatar las enseñanzas de sus maestros. Es más,
siempre reconoció entre una de sus mayores influencias la de los profetas del
Antiguo Testamento. Cuando en 1966, es decir 40 años después de haber dejado la
práctica religiosa escribió el libro “Y seréis como dioses”, seguía vivo el
espíritu de aquellos maestros judíos que lo guiaron en su vida, Fromm ya no
creía en la existencia de Dios, pero nunca desconoció la importancia de la vida
espiritual para el desarrollo de los individuos y las sociedades.
En 1927,
hace sus primeras publicaciones como psicoanalista ortodoxo. Dentro de los
siguientes dos años, funda en Frankfurt el Instituto de Psicoanálisis de
Alemania del Sur; igualmente, crea el Instituto de Berlín y Psicoanálisis junto
con la ayuda de Hans Sachs. Entabla contacto con la Escuela de Frankfurt donde
trabaja en conjunto con Herbert Marcuse, Walter Benjamín y Theodor Adorno. En 1930 es miembro activo del Instituto de
Investigación Social en Frankfurt y finaliza su formación en Berlín.
Posteriormente, comienza su práctica profesional en esa misma ciudad. El ascenso del movimiento nazi en Alemania lo
lleva a emigrar a tierras americanas, primero a Nueva York, Estados Unidos,
donde conoce a grandes figuras refugiadas allí, entre las que desfilan Karen
Horney, con la cual tuvo un romance
Al final
de su carrera, se muda a México donde realiza un importante trabajo de
enseñanza y difusión del psicoanálisis. Trabaja en la Universidad Nacional
Autónoma de México, dirige la colección de Psicología y Psicoanálisis de la
editorial Fondo de Cultura Económica, practicando igualmente el psicoanálisis y
supervisando el trabajo de sus discípulos. En 1956, funda la Sociedad
Psicoanalítica Mexicana. Siete años más tarde, funda el Instituto Mexicano de
Psicoanálisis. En 1965, crea la Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y
Psicología. Entre sus obras más importantes están El miedo a la libertad,
Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea, El Arte de Amar, El Dogma de
Cristo, ¿Tener o ser?, La misión de Sigmund Freud, entre otros más (Álvarez,
1998). Muere en Suiza en la ciudad de Murallo en 1980.
De alguna forma, Fromm es
una figura de transición, o si lo prefiere, un teórico que aúna otras teorías;
de forma eminente, une las teorías freudianas con las neo-freudianas que hemos
visto (especialmente a Adler y Horney)
Otro aspecto de su teoría
es único de él: su interés en las raíces económicas y culturales de la
personalidad. Nadie anterior ni posteriormente a él lo ha dicho de una forma
tan directa: nuestra personalidad es hasta una extensión considerable, un
reflejo de tales cuestiones como clase social, estatus minoritario, educación,
vocación, antecedentes religiosos y filosóficos y así sucesivamente. Esta ha
sido una representación no demasiado afortunada, aunque se puede deber a su
asociación con el marxismo. Pero es, inevitable que empecemos a considerarla
más y más, especialmente como una contrapartida al incremento de la influencia
de las teorías biológicas.
La concepción del hombre biológico
mecanicista de la que parte Freud, propia de finales del pasado siglo, es
ampliamente rebasada por Fromm con su visión del hombre biológico-social. Como
consecuencia lógica se ponen en cuestionamiento varios aspectos de la teoría
freudiana como la concepción del inconsciente como exclusivamente patológico,
la teoría de la libido, las fases de evolución de la libido en cuanto a
etiología de las neurosis, la existencia de un instinto de muerte, la
concepción del amor y la mujer, etc.
TEORIA
DE LAS RELACIONES (ERICH FROMM)
La
primera necesidad humana o existencial es la de la relación, es decir, el
instinto de unión con otra persona u otras personas. Fromm postulo tres maneras
fundamentales en las que una persona puede relacionarse con el mundo: Sumisión,
poder y amor. Una persona se puede a un
grupo o a una institución, para unirse con el mundo: “de este modo supera su
condición individual, llega a formar parte de algo mayor que él y vive su
identidad en relación con el poder al cual se ha sometido”.
Mientras
que las personas sumisas buscan relaciones con personas dominantes, las
personas que buscan el poder, prefieren
parejas sumisas por lo que cuando una persona sumisa y una persona dominante se
encuentran, suelen iniciar una relación simbiótica, que resulta satisfactoria
para ambas. Aunque esta simbiosis puede ser gratificante, bloque las
posibilidades de avanzar hacia la integridad y la salud mental, los dos
miembros de la pareja “viven del otro lado y para el otro, satisfaciendo sus
ansias de afecto, pero sufriendo la falta de fuerza interior y confianza en si
mismos que requerirían libertad e independencia”.
Las
personas que mantienen relaciones simbióticas se sienten atraídas mutuamente no
por amor, sino por una necesidad desesperada de un vehículo, una necesidad que
nunca puede ser satisfecha totalmente por una relación de este tipo. Bajo esta
unión subyacen sentimientos inconscientes de hostilidad, ya que las personas
con relaciones simbióticas culpan a sus parejas por no ser capaces de
satisfacer completamente sus necesidades. Se dan cuenta de que necesitan otros
focos de poder o sumisión y, como consecuencia de ello, se hacen cada vez más
dependientes de sus parejas y pierden cada vez más su individualidad.
Fromm
afirmaba que el amor es el único camino que permite a las personas llegar a
unirse con el mundo y, al mismo tiempo, conseguir la individualidad y la
integridad. Según el, el amor es “una unión con alguien o algo, fuera de uno
mismo, bajo la condición de conservar la autonomía e integridad propias”. El
amor implica compartir e intercambiar ideas con otra persona, pero deja
libertad para conservar nuestra identidad y autonomía, permite a la persona
satisfacer su necesidad de vínculos sin renunciar a su integridad e
independencia. En el amor, dos personas se hacen una, pero siguen siendo dos.
En el arte de amar, Fromm estableció que los cuatro elementos básicos comunes a
todas las formas de amor verdadero son el cariño, la responsabilidad, el
respeto y el conocimiento mutuo. Alguien que ama a otra persona debe sentir
afecto por ella y estar dispuesto a cuidarla. El amor significa también
responsabilidad, es decir, disposición y capacidad para responder. Una persona
que ama a los demás responde a sus necesidades físicas y psicológicas, las respeta y acepta como son y evita la tentación
de intentar cambiarlas. Pero las personas pueden respetar a los demás sólo
cuando los conocen, conocer a los demás significa valorarlos desde su propio
punto de vista. Por tanto, el cariño, la responsabilidad, el respeto y el
conocimiento mutuo están entrelazados en toda relación amorosa.
DICOTOMIAS EXISTENCIALES E HISTORICAS
Fromm (1947) planteo diversas dicotomías
existenciales que surgen tan solo del hecho de que las personas existen. La soledad es una de estas. Una dicotomía existencial como Fromm usaba
el término, es un problema que no tiene solución debido a que ninguna de las
alternativas que presenta es satisfactoria por completo.
Deseamos la inmortalidad, pero enfrentamos la
muerte; desearíamos ser un solo mundo con la naturaleza pero trascendemos. En
resumen, deseamos una cierta clase de mundo pero encontramos insatisfactorio el
mundo en que nacimos.
Considerando el mundo que se nos ha dado
inadecuado e insatisfactorio, nosotros como humanos intentamos crear un
ambiente más satisfactorio, nosotros como humanos intentamos crear además dicotomías históricas, las cuales son
los problemas que surgen de nuestra historia debido a diversas sociedades y
culturas que hemos formado. El hecho de que la riqueza no está distribuida
equitativamente es una dicotomía histórica, como lo es larga historia de la
guerra.
Es importante no confundir ni calificar mal
los dos tipos de dicotomías. Las dicotomías históricas son creadas por personas
y por lo tanto nos son ineludibles, como lo son las dicotomías existenciales. Son
producto de la historia y por consiguiente están abiertos al cambio. Juntas,
las dicotomías existenciales e históricas estructuran nuestras limitaciones y
potencialidades. Son la base de nuestras aspiraciones y esperanzas pero al
mismo tiempo generan nuestras frustraciones.
El
interés de Fromm por las dicotomías existenciales lo llevaron a enfocarse en las
orientaciones de “Tener” “Ser” hacia la vida. Declaró que estos son modos de
existencia son competidores para el espíritu de la humanidad (1976). El modo de Tener, el cual se basa en
las posesiones de tiene una persona,
es la fuente del ansia de poder y conduce al aislamiento y al temor. El modo ser, el cual depende tan solo
del hecho de la existencia, es la fuente del amor productivo y la actividad y
conduce a la solidaridad y a la alegría. Las personas cuyo ser depende solo del
hecho de que son responden de manera espontánea y productiva y tienen el valor
de dejarlo ir a fin de dar el nacimiento a nuevas ideas. Fromm creía que todos
son capaces de los modos de tener y de ser, pero que la sociedad determina cual
do los modos prevalecerá (1976)
NECESIDADES BASICAS (NECESIDADES
HUMANAS)
Las
dicotomías existenciales que caracterizan a la condición humana dan surgimiento
a 5 necesidades básicas humanas (1955). Estas se derivan de nuestra existencia
y deben de ser satisfechas a fin de que una persona se desarrolle por completo.
Nuestro impulso primario es hacia la afirmación de la vida, pero a menos que
podamos estructurar nuestra existencia de tal forma que satisfaga nuestras
necesidades básicas, moriremos o nos volveremos locos.
Las 5 necesidades básicas son:
1.
Relación:
la
capacidad de relacionarse con otras personas y amar de manera productiva no es
innata o instintiva en los seres humanos. Como personas, tenemos que crear
nuestras propias relaciones. Podemos buscar relacionarnos con los demás por
sumisión o dominación, pero esto al final prueba ser derrotista. Solo el amor productivo,
el cual implica cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, impide el
autoaislamiento.
2.
Trascendencia:
los
seres humanos necesitan elevarse por encima del carácter animal accidental o
pasivo de su existencia volviéndose creadores activos. Si no podemos solucionar
con creatividad el problema de la trascendencia nos volvemos a la
destructividad, la cual es un método abortivo de satisfacer este impulso.
3.
Arraigo:
se
refiere a la necesidad de sentir que pertenecemos. Al principio encontramos
esta pertenencia en el vínculo natural de nuestra madre, pero solo en la medida
en que encontramos raíces nuevas en un sentimiento de camaradería universal con
todas las personas podemos sentirnos en casa en el mundo como un adulto
responsable.
4.
Sentido
de identidad: los seres humanos necesitan percatarse de sí
mismos como individuos únicos. Este sentido del “Yo”, requiere que el ser
humano se experimente como distinto de los demás y como el centro y sujeto
activo de los poderes propios. La falla en el desarrollo de un sentido de
identidad nos conduce a desarrollar un sentido de identificación por medio de
un conformismo incondicional con un grupo o un conjunto.
5.
La
necesidad de una estructura que oriente o vincule: cada
uno de nosotros necesita un marco de referencia estable y consciente con el que
podemos organizar nuestras percepciones y dar sentido a nuestro ambiente. Este
sistema de pensamiento puede ser racional e irracional, verdadero o falso, pero
es corregido por el carácter mismo de ser humano y conduce a nuestra
vinculación con el mundo desde una perspectiva particular.
Los
seres humanos crean la sociedad a fin de satisfacer estas necesidades básicas
que surgen de manera independiente del desarrollo de cualquier cultura
particular. Pero el tipo de sociedad y cultura que crean los seres humanos
estructura y limita la forma en que las necesidades básicas pueden ser
satisfechas. Por ejemplo en una sociedad capitalista, adquirir dinero es un
medio de establecer un sentido de identidad. En una sociedad autoritaria, la
identificación con el líder o el estado proporciona un sentido de identidad.
Por lo tanto, nuestra personalidad final presenta un compromiso entre las
necesidades internas y las demandas por la sociedad.
ORIENTACIONES DEL CARÁCTER Y RELACIONES
DEL AMOR.
Fromm
identificó cinco tipos de carácter que son comunes en la sociedad occidental
(1947). La diferencia primaria entre la teoría de Fromm de los tipos y las
orientaciones de carácter y la de Freud, consiste en que este último imaginó la
fijación de la libido en ciertas zonas del cuerpo como la base para tipos de
carácter en las formas diferentes en las que una persona enfrenta las
dicotomías básicas. El carácter de una persona es determinado en gran medida
por la cultura y sus objetivos; por tanto, es posible hablar de carácter social
como las cualidades que son compartidas con frecuencia por las personas de una
cultura particular.
Así
mismo Fromm sostenía que personalidad se refleja en la orientación del carácter
del individuo es decir, la manera relativamente invariable que tiene una
persona de relacionarse con los demás y con las cosas. Fromm en 1947 definió la
personalidad como “el conjunto de
cualidades psíquicas heredadas y adquiridas que son características de un
individuo y que lo hacen único” la más importante de las cualidades
adquiridas de la personalidad es el
carácter, que Fromm define como “el sistema relativamente estable de
impulsos no instintivos mediante los que una persona se relaciona con el mundo
humano y natural”
Orientaciones improductivas: Las
personas pueden obtener cosas mediante una de las cuatro orientaciones
improductivas (1) recepción pasiva, (2) exploración
mediante la fuerza, (3) acaparamiento de objetos, (4) venta o intercambio.
Fromm utilizo el término “improductivas” para sugerir que estas estrategias no
ayudan al individuo a acercarse a la libertad positiva y la autoconsciencia. No
obstante las orientaciones improductivas no son totalmente negativas, cada una
tiene un aspecto negativo y otro positivo. La personalidad es siempre una
combinación de varias orientaciones, aunque predomine una de ellas
1.
La
orientación receptiva: Las personas receptivas creen que la
fuente de todas las cosas buenas están fuera de ellas mismas; por consiguiente,
piensan que la única forma de obtener algo que desean es recibirlo de una
fuente externa. Cualidades negativas reaccionan
de forma pasiva, sumisión y falta de confianza en sí mismo, Positivas son
leales, aceptación y confianza, esperando ser amadas.
2.
La orientación
exploradora: Las personas exploradoras, como las
receptivas piensan que la fuente de todas las cosas buenas está afuera, pero no
esperan recibir nada bueno de los demás. Por consiguiente, toman las cosas que
desean por la fuerza o con astucia. En el aspecto negativo son egocéntricos,
engreídos, arrogantes y seductores explotan a los demás para sus propios fines.,
Aspecto positivo son impulsivos, altivos, encantadores y seguros de sí mismos.
3.
La
orientación acumulativa (Acaparadora): Mientras que los tipos
Receptivo y Explorador esperan ambos
obtener cosas del mundo exterior, las personalidades acumulativas están
convencidas de que nada bueno significativo está disponible de los demás. Por
consiguiente, buscan acumular y ahorrar lo que ya tienen. Se rodean así mismos
con un muro y son miserables en sus relaciones con los demás. Rasgos
negativos de la personalidad; rigidez, esterilidad, obstinación y tendencias
compulsivas, aspectos positivos; orden, limpieza y puntualidad.
4.
La
orientación mercantilista (Comercial): El mercado moderno es el
modelo para la cuarta orientación del carácter propuestas por Fromm. El
concepto de abasto y demanda, el cual juzga a un artículo de comercio en
términos su valor de mercantilistas se experimentan a sí mismas como mercancías
en el aparador. Pueden ser descritas como camaleones oportunistas cambiando sus
colores y valores conforme perciben que cambian las fuerzas del mercado. Los
rasgos negativos; desorientación, oportunismo, incoherencia, y tendencias al
despilfarro, Positivos; capacidad para cambiar, mentalidad abierta, capacidad
de adaptación, y generosidad.
5.
La
orientación productiva: La descripción de Fromm acerca de la orientación
productiva trata de ir más allá de la
definición de Freud sobre el carácter genital, la cual sugiere que el individuo
maduro es capaz de funcionar de manera adecuada desde el punto de vista sexual
social. Fromm busco describir un ideal de desarrollo humanístico y una postura
moral que caracteriza a La
Personalidad Normal, Madura y Saludable. Estos individuos se valoran a sí
mismos y a los demás por quienes son. Al usar sus potenciales en forma productiva,
se relacionan con el mundo percibiéndolo con precisión y enriqueciéndolo por
medio de sus propios potenciales creativos.
Una
característica más de la orientación productiva es el uso de la ética
humanística en el lugar de la autoritaria (1947). Mientras que la ética autoritaria tiene su fuente en
una conciencia que está arraigada fuera del individuo, la ética humanística representa la verdadera virtud en el sentido del
despliegue de las capacidades de una persona de acuerdo con la ley de la propia
naturaleza humana y la toma de la responsabilidad completa por la propia
experiencia.
Los
rasgos que surgen de cada una de las orientaciones de carácter propuesta por
Fromm tienen cualidades positivas y negativas, pero en general Fromm percibió a
los primeros cuatro tipos como improductivos en gran medida. Una persona puede
exhibir una combinación de tipos. Los primeros tres recuerdan a los tipos de
carácter oral y anal de Freud y se pueden trazar paralelos entre las tipologías de Freud y de
Fromm. Sin embargo, en su discusión sobre la orientación mercantilista, por lo
general se piensa que Fromm fue más lejos y desarrolló un tipo de carácter
nuevo.
Fromm
(1973) también distinguió entre las orientaciones de carácter biófilo, que
busca vivir la vida, y un carácter necrófilo, el cual es atraído por lo que
está muerto y en descomposición y busca destruir la vida. El carácter biófilo es en gran medida sinónimo de orientación
productiva. El deseo de destruir surge cuando las fuerzas vitales son
frustradas.
ETICA HUMANISTA
Erich
Fromm nos menciona en su libro Ética y Psicoanálisis, la idea principal,
que es dar respuesta al problema central del ser humano, pues el hombre actual
ha perdido el sentido de sí mismo. A pesar de sus conocimientos, carece de
verdadera sabiduría. Pues el hombre ha sido justificado. En virtud de su razón,
ha edificado un mundo material cuya realidad sobrepasa todo.
La obra de Fromm representa un profundo esfuerzo por reconstruir una ética basada en el ser humano como portador de potencialidades que es necesario actualizar para su desarrollo. Fromm, en su obra, nos da ideas originales, pero retomando distintos puntos de vista de diferentes autores, como es el caso de Freud.
La obra de Fromm representa un profundo esfuerzo por reconstruir una ética basada en el ser humano como portador de potencialidades que es necesario actualizar para su desarrollo. Fromm, en su obra, nos da ideas originales, pero retomando distintos puntos de vista de diferentes autores, como es el caso de Freud.
La
Ética Humanista: la ciencia aplicada del arte de vivir si no abandonamos la
búsqueda de normas de conducta objetivamente válidas, como el caso del
relativismo ético ¿qué criterio podemos encontrar para tales normas? La clase
de criterio depende del tipo del sistema ético cuyas normas estudiaremos. Los
criterios de la ética Autoritaria son, por necesidad, fundamentalmente
diferentes de los de la Ética Humanista.
En
la Ética Autoritaria una
autoridad es la que establece lo que es bueno para el hombre y prescribe las
leyes y normas de conducta; en la Ética Humanista es el hombre mismo quien da
las normas, y es a la vez el sujeto de las mismas, su fuente formal o agencia
reguladora y el sujeto de su materia.
El
empleo del término "autoritario" hace necesario esclarecer el concepto
de autoridad. Existe tanta confusión con
respecto a este concepto debido a la creencia ampliamente difundida de que
nuestra única alternativa es tener una autoridad dictatorial, irracional o no
tener autoridad alguna. Esta alternativa, no obstante, es falsa.
El
verdadero problema consiste en saber qué clase de autoridad debemos tener. Si hablamos de
autoridad ¿nos referimos a una autoridad racional o irracional? La autoridad
racional tiene su fuente en la competencia. La fuente de la autoridad
irracional, por otra parte, es siempre el poder sobre la gente. Este poder
puede ser físico o mental, puede ser real o solamente relativo en relación con
la ansiedad y la impotencia de la persona sometida a esta autoridad. El poder,
por una parte, y el temor por la otra, son siempre los cimentos sobre los
cuales se erige la autoridad irracional.
Puede distinguirse la Ética Autoritaria de la Ética Humanista en dos aspectos:
uno formal y otro material. La Ética Autoritaria niega formalmente la capacidad
del hombre para saber lo que es bueno o malo; quien da la norma es siempre la
autoridad que trasciende al individuo.
Tal
sistema autoritario no se basa en la razón ni en la sabiduría sino en la
autoridad y en el sentimiento de debilidad y dependencia del sujeto; la entrega
de las decisiones del sujeto a la autoridad es el resultado del poder mágico;
ella y sus decisiones no pueden ni deben objetarse.
Materialmente,
o en relación con el contenido, la Ética Autoritaria resuelve la cuestión de lo
que es bueno o malo considerando, en primer lugar, los intereses de la
autoridad y no los del sujeto; es un sistema de explotación del cual, empero,
pueden derivar considerables beneficios psíquicos o materiales para el sujeto.
Tanto
el aspecto formal como el material de la Ética Autoritaria se manifiestan en la
génesis del juicio ético del niño y en el juicio irreflexivo de valor del
adulto mediocre. Obviamente el aspecto formal y el material de la ética
Autoritaria son inseparables. A menos que sea intención de la autoridad
explotar al sujeto no necesitará regir por medio del terror y la crítica aunque
corra el riesgo de ser considerado incompetente. Pero como están en juego sus
propios intereses, la autoridad ordena que la obediencia sea la máxima virtud y la
desobediencia el pecado capital. La rebelión es el pecado imperdonable en la
ética Autoritaria, el poner en duda el derecho de la autoridad para establecer
normas y su axioma de que las normas establecidas por la autoridad están a
favor de los más preciados intereses de los sujetos. Aunque una persona peque, su
sometimiento al castigo y su sentido de culpabilidad le retribuyen su
"bondad" porque de ese modo expresa la aceptación de la superioridad
de la autoridad La ética Humanista, en
contraste con la ética Autoritaria, puede distinguirse tanto por un criterio
formal como por otro material.
Formalmente se basa en el principio de que sólo el
hombre por sí mismo puede determinar el criterio sobre virtud y pecado, y
no una autoridad que lo trascienda.
Materialmente se
basa
en el principio de que lo "bueno"
es aquello que es bueno para el hombre y "malo" lo que es nocivo,
siendo el único criterio de valor ético el bienestar del hombre.
La
ética Humanista es antropocéntrica.
Ciertamente no en el sentido de que el hombre sea el centro del Universo, sino
de que sus juicios de valor -al igual que todos los demás juicios y aun
percepciones- radican en las peculiaridades de su existencia y sólo poseen
significado en relación con ella; el hombre es verdaderamente "la medida
de las cosas".
La
posición humanista es que nada hay que sea superior ni más digno que la
existencia humana. Se ha argumentado en contra de esto diciendo que es esencial
a la naturaleza del comportamiento ético el estar relacionado con algo que
trasciende al hombre, y que por esa razón, un sistema que solamente reconoce al
hombre y a sus intereses no puede ser verdaderamente moral, que su objeto sería
únicamente el individuo aislado y egoísta.
Esta
objeción comúnmente esgrimida para desaprobar la facultad –y el derecho- del
hombre por postular y juzgar las normas válidas para su vida, se basa en un
error, ya que el principio que sostiene que lo bueno es aquello que es bueno
para el hombre no implica que la naturaleza del hombre sea tal que el egoísmo o
el aislamiento sean buenos para él. No quiere decir que el fin del hombre pueda
cumplirse en un estado de desvinculación con el mundo exterior.
En
efecto, como lo han sugerido tantos defensores de la ética Humanista, es una de
las características de la naturaleza humana el que el hombre encuentra su felicidad
y la realización plena de sus facultades únicamente en relación y solidaridad
con sus semejantes. No obstante, amar al prójimo no es un fenómeno que
trasciende al hombre; es algo inherente y que irradia de él. El amor no es un
poder superior que desciende sobre el hombre, ni un deber que se le ha
impuesto; es su propio poder, por medio del cual se vincula a sí mismo con el
mundo y lo hace realmente suyo.
La ética humanista, por su parte, aunque se perciba egoísta, puesto que
considera al hombre como un fin sí mismo alejándose de todo sentido
trascendental, entiende que el hombre es el único que puede determinar el
criterio sobre virtud y pecado “y no
una autoridad que lo trascienda” En lo relativo a sus principios explica
que lo “bueno” desarrolla las potencialidades del hombre y promueve su
existencia y que lo “malo” es lo nocivo, la auto-mutilación; “siendo el único
criterio de valor ético el bienestar del hombre”. Cabe resaltar que
el termino virtud en su sentido aristotélico es el que predica la ética humanista, en contraposición al sentido
moderno de la ética autoritaria en cuanto que significa auto-negación y
obediencia, supresión de la individualidad.
FAMILIAS
RELACIONES PADRE-HIJO
Las diversas orientaciones de carácter surgen, en
parte, debido a la relación de amor particular que un niño ha experimentado con
los cuidadores primarios. Conforme crecen los niños, se vuelven cada vez más
independientes, repitiendo por tanto el patrón de desarrollo de la especie.
Esta libertad produce inseguridad y el niño buscará
restablecer la seguridad anterior. Fromm describió tres clases básicas de
relaciones padre-hijo -1956 -. En las relaciones
simbióticas, dos personas están relacionadas de tal manera que, una de las
partes pierde o no alcanza nunca su independencia. Una persona es absorbida por la otra, la forma masodoquista de la relación simbiótica. Una persona puede absorber
a la otra, la forma sádica. La relación de retraimiento-destructividad,
se caracteriza por distancia en lugar de cercanía. La relación es de apatía y retraimiento o expresiones directas de hostilidad y agresión.
El amor
es la relación productiva con los
demás y el yo. Está marcada por el respeto mutuo y el fomento de la independencia
para cada una de las partes.
El carácter receptivo se origina en una respuesta masoquista ante una relación simbiótica. El tipo explotador emana de
un patrón sádico desarrollado por el
niño que reacciona de manera destructiva
ante el retraimiento paterno. La
orientación productiva tiene sus
raíces en la relación de amor.
Las personas biófilas productivas comprenden el
mundo a través del amor, el cual les permite romper las murallas que separan a
las personas. El amor productivo, afirma Fromm, es un arte.
Podemos dominar su teoría y práctica sólo si hacemos del amor una cuestión de
interés supremo.
El amor productivo es la respuesta creativa
verdadera a la soledad humana, mientras que las relaciones simbióticas son
formas inmaduras de amor y seudoamor.
Escoger la forma en la cual escapamos de la
libertad tiene bastante que ver con el tipo de familia en la que crecemos.
Fromm describe dos tipos de familias no productivas:
TIPOS DE
FAMILIAS
1- Familias
simbióticas.
La simbiosis es la relación estrecha entre dos
organismos, que no pueden vivir el uno sin el otro. Algunos miembros de la
familia son “absorbidos” por otros
miembros, de manera que no pueden desarrollar completamente sus personalidades
por sí mismos. El ejemplo más obvio es el caso donde los padres “absorben” al hijo, de forma que la
personalidad del niño es simplemente un reflejo de los deseos de los padres.
El otro ejemplo es el caso donde el niño “absorbe” a sus padres. En este caso,
el niño domina o manipula al padre, que existe esencialmente para servir al
niño. En realidad, prácticamente todo el mundo de una sociedad tradicional
aprende como ser tanto dominante como sumiso, ya que casi todo el mundo tiene a
alguien por encima o debajo de él en la jerarquía social. Obviamente, el escape
autoritario de la libertad está estructurado en tal sociedad.
2- Familias
apartadas.
De hecho, su principal característica es su gélida
indiferencia e incluso su odio helado. Aun cuando el estilo familiar de “repliegue” ha estado siempre con
nosotros, ha llegado solo a dominar algunas sociedades en los últimos pocos
cientos de años; esto es, desde que la burguesía - la clase comerciante -
arribó a la escena con fuerza. Menciona tipos de familia apartadas, las cuales
las clasifica así:
Grupo “A” de las familias apartadas:
ü La versión “fría”:
Es la más antigua de las dos, propia del norte de
Europa y partes de Asia, y en todas aquellas partes donde los comerciantes han
sido considerados como una clase formidable. Los padres son muy exigentes con sus hijos, de los cuales
se espera que persigan los más altos estándares de vida. Los castigos no son
cuestión de un coscorrón en la cabeza en medio de una discusión durante la cena;
es más bien un proceso formal, un ritual completo que posiblemente envuelve
romper la discusión y encontrarse en el bosque para discutir el tema.
El castigo es radical
y frío, “por tu propio bien”. De forma alternante, una cultura puede
utilizar la culpa y la retirada de afecto como castigo. De cualquiera de las
maneras, los niños de estas culturas se tornan hacia el logro en cualquiera que
sea la noción de éxito que éstas posean.
ü El estilo puritano de familia:
Defiende la huida destructiva de la libertad, lo
cual es internalizado a menos que algunas circunstancias - como la guerra - no
lo permitan. Este tipo de familias propulsa una forma más rápida de perfeccionismo - viviendo según las
reglas- que es también una forma de evitar la libertad que Fromm no menciona.
Cuando las reglas son más importantes que las personas, la destructividad es inevitable.
Grupo “B” de las familias apartadas:
ü La familia moderna:
Se puede hallar en la mayoría de sociedades más
avanzadas del mundo, de manera especial en EEUU. Los cambios en las actitudes
de la crianza infantil han llevado a muchas personas a estremecerse ante el
hecho de un castigo físico y culpa en la educación de sus hijos. La nueva idea
es criar a tus hijos como tus iguales. Un padre debe ser el mejor amigo o
compañero de su hijo; la madre debe ser la mejor compañera de su hija. Pero, en
el proceso de controlar sus emociones, los padres se vuelven bastante indiferentes. Ya no son, de hecho,
verdaderos padres, solo cohabitan con sus hijos. Los hijos, ahora sin una
auténtica guía adulta, se vuelven a sus colegas y la “media” en busca de sus valores. Esta es, por tanto, la superficial
y televisiva familia.
El escape de la libertad es particularmente obvia
aquí: es una conformidad autómata.
Aunque todavía esta familia está en minoría en el mundo - salvo, por supuesto,
en la TV -, ésta es una de las principales preocupaciones de Fromm. Parece ser
el presagio del futuro.
3.
Familias
amorosas y razonables:
Considerada como una familia buena, sana y
productiva. Fromm sugiere que ésta sería una familia donde los padres asumen la
responsabilidad de enseñar a sus hijos a razonar
en una atmósfera de amor. El crecer
en este tipo de familias permite a los niños aprender a identificar y valorar
su libertad y a tomar responsabilidades por sí mismos y
finalmente por la sociedad como un todo.
AMOR A SÌ MISMOS
Fromm -1956- distinguió entre varios tipos de amor,
tales como el fraternal, maternal, erótico, a Dios y a uno mismo. De particular
interés son sus comentarios sobre el amor
a sí mismos, el cual percibía como un prerrequisito para amar a los demás.
Es importante que se distinga entre el concepto de amor a sí mismo y la
afirmación de Fromm y el de la
satisfacción exagerada de los deseos narcisistas
que parece ser tan prevaleciente en nuestros días y que excluye el amor a los demás.
En la actualidad, muchas personas usan “el amor a
sí mismos” como un sustituto para la tarea mes difícil de amar a los demás.
Fromm insistió en que la capacidad de amar requiere vencer el narcisismo – experimentar como real
sólo lo que existe dentro de nosotros mismos – El concepto de Fromm sobre el
amor así mismo presagia el énfasis de Rogers en la congruencia y la discusión
de Maslow respecto a la auto estimación.
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Si las personas sanas son capaces de trabajar, amar
y pensar de manera productiva, entonces las personalidades desequilibradas se
caracterizan por problemas en estos tres
aspectos, sobre todo en la capacidad de amar de manera productiva Fromm – 1981
– sostenía que las personas con trastornos
psicológicos son incapaces de amar y no consiguen establecer una unión con
otras personas.
Estudió tres trastornos graves de la personalidad:
la necrofilia, el narcisismo maligno y la simbiosis incestuosa.
1. Necrofilia
El
término “necrofilia” significa amor a la muerte y suele hacer referencia a una
perversión sexual en la cual una persona desea el contacto sexual con un
cadáver. Sin embargo, Fromm – 1964, 1973 – usó este término en un sentido más
generalizado para denotar cualquier tipo de atracción por la muerte. La necrofilia es la orientación de
carácter que se presenta como única alternativa posible a la Biofilia, pueden adoptar una
orientación necrófila.
Las
personalidades necrófilas odian a la humanidad, son racistas, belicistas y
provocadoras, les gusta el derramamiento de sangre, la aniquilación, el terror
y la tortura y les encanta destruir la vida.
Son
grandes defensoras de la ley y el orden, les gusta hablar de la enfermedad, de
la muerte, y de los entierros y sienten una fascinación por la suciedad, la
descomposición y las heces. Prefieren la noche al día y les encanta actuar en
la oscuridad y la sombra.
Se podría
decir que la conducta destructiva es
un reflejo del carácter de las personas necrófilas. A veces las personas pueden
actuar de manera agresiva y destructiva, pero el caso de éstas
personas, su estilo de vida gira en torno de la muerte, la destrucción, la
enfermedad y la descomposición.
Un
ejemplo clásico del carácter Necrófilo es Adolfo Hitler, quien
estaba fascinado y obsesionado con la muerte y la destrucción. En el estudio de
caso descriptivo de Fromm (1973), Hitler surge como una personalidad narcisista
y retraída que, debido a que no podía cambiar la realidad, la falsificaba y
negaba y se empeñaba en la fantasía. La frialdad, apatía y satisfacción
inmoderada de los deseos de Hitler conducen a fracasos tempranos en la vida y
humillaciones que dieron como resultado un deseo de destruir. Este deseo puede
no ser reconocido; en su lugar, fue negado y racionalizado como maniobras
defensivas y acciones emprendidas a nombre del surgimiento religioso de la
nación alemana. Lo que es único no es la personalidad de Hitler, sino la
situación sociopolítica e histórica que permitió a un Hitler ascender a una
posición de gran poder. Fromm creía que las formas malignas de agresión se
pueden reducir de manera sustancial si una sociedad particular desarrolla las
condiciones socioeconómicas que favorecen la satisfacción de las necesidades y
potenciales humanos.
2. Narcisismo
maligno
Igual que
todas las personas en algunas ocasiones muestran una conducta necrófila,
también tienen tendencias narcisistas. Las
personas equilibradas manifiestan una forma de narcisismo benigno, es decir, un
interés por su propio cuerpo. Sin embargo, en su forma maligna, el narcisismo dificulta la percepción de la realidad, de
modo que todo lo que pertenece a la persona narcisista tiene un gran valor y
todo lo que pertenece a los demás está devaluado.
Los
individuos narcisistas están
absortos en sí mismos, pero no se limitan a mirarse a sí mismos en el espejo,
sino que, este narcisismo los lleva
a la hipocondría, una preocupación
obsesiva por la propia salud. Fromm -1964 – también hablo de la hipocondría moral, un sentimiento de
culpa derivado de transgresiones anteriores. Las personas que están
obsesionadas consigo mismas, tienden a interiorizar las experiencias, y a
pensar demasiado en la salud física y las virtudes morales.
3.
Simbiosis incestuosa.
Una
tercera orientación patológica es la simbiosis
incestuosa, que se define como la dependencia
extrema de la madre o sustituto de la madre. La simbiosis incestuosa es una forma de obsesión por la madre, más
habitual y más benigna; los hombres que tienen una obsesión por su madre
necesitan una mujer que cuide de ellos, que los adore y los admire, y sienten
una cierta ansiedad cuando no se satisfacen sus necesidades.
Esta
condición es relativamente normal y no interfiere excesivamente en su vida
cotidiana.
En la simbiosis incestuosa, sin embargo, las
personas no se pueden separar de su compañero, su personalidad se funde con la
otra persona y ambas pierden sus identidades individuales. Este trastorno se
origina en la infancia como apego natural a nuestro cuidador, el apego es más
crucial y fundamental que cualquier interés sexual que se puede desarrollar
durante la fase edípica.
Las
personas que viven con relaciones simbióticas
incestuosas, sienten ansiedad y temor cuando la relación se ve amenazada ya
que, creen que no pueden vivir sin el sustituto de su madre – el compañero no
tienen que ser una persona, puede ser una familia, una empresa, una iglesia o
una nación. -. La orientación incestuosa distorsiona la capacidad de
pensamiento, elimina la capacidad de amar e impide a las personas alcanzar la
independencia y la integridad.
Algunos
individuos con patología sufren los tres trastornos de personalidad, es decir,
se sienten atraídos por la muerte – necrofilia
-, disfrutan destruyendo a quienes consideran inferiores a ellos – narcisismo maligno - , y poseen una
relación simbiótica neurótica con su madre o el sustituto de ella – simbiosis incestuosa -.
Estas personas tienen lo que
Fromm llamó el síndrome de decadencia, y contrastan con las personas sanas,
caracterizadas por el síndrome de crecimiento, que se compone
de las cualidades opuestas: biofilia, amor y libertad positiva.
BIBLIOGRAFIA
Teorías
de la Personalidad sexta edición Jess Feist & Gregory J. Feist Capitulo 7
Introducción
a las Teorías de la Personalidad cuarta edición Barbara Engler Capitulo 6
espanol.free-ebooks.net/ebook/...de...teorias-de-la-personalidad/pdf?dl